Una científica 'que floreció tarde'
Socióloga por profesión, Thompson tuvo una variedad de trabajos antes de cambiar de campo a la edad de 40 años para perseguir su verdadera pasión — la investigación.
“Florecí tarde,” explicó. “Y me sorprendí muchísimo cuando me llamaron del Hutch para ir a una entrevista.”
Ahora, a los 74 años, esta ciclista ávida, abuela, mentora, ganadora de múltiples premios y guerrera de la justicia social ha visto las semillas que plantó en el Hutch dar fruta, ya sea en sus alumnos posdoctorales que establecen sus propias carreras científicas o en sus programas de investigación que florecen para convertirse en algo mucho más grande, como la recientemente fundada Oficina de Alcance Comunitario (Office of Community Outreach and Engagement, OCOE por sus siglas in inglés), que surgió del programa de disparidades en la salud que ella fundó en el 2011.
Thompson le da crédito a su mentora, la Dra. Maureen Henderson, fundadora del Programa de Prevención del Cáncer de Fred Hutch por darle forma a su carrera inicial, particularmente con respecto a modelar cómo las mujeres pueden tener éxito en la ciencia.
En lo referente a su enfoque pragmático para la investigación, ella cita a menudo al filósofo chino Lao Tzu.
“Mi mantra siempre ha sido ir en busca de personas, comenzar con lo que saben y construir sobre lo que tienen,” comentó. “Si uno quiere cambiar el comportamiento de las personas marginadas y oprimidas, uno necesita trabajar con las personas en su propio ambiente. Uno no puede presentarse y realizar las investigaciones típicas y que normalmente se enfocan en personas blancas que no son hispanas y esperar que eso marque la diferencia.”
“Uno tiene que trabajar con las comunidades,” dijo. “No en las comunidades. Esto es muy importante.”
La mantra de Thompson — y su actitud igualitaria — le han servido bien desde el comienzo de su inesperada carrera científica en el Hutch, que comenzó, como ella te dirá alegremente, el Día de los Inocentes (April Fool’s Day) en abril de 1985.
Contratada como científica para ayudar con un nuevo proyecto de Fred Hutch conocido como COMMIT por sus siglas en inglés (Estudio de una intervención comunitaria para dejar de fumar), Thompson comenzó a referirse a sí misma como “fumóloga” y ayudó a implementar una intervención muy diferente a las de previos estudios financiados por el Instituto Nacional del Cáncer para dejar de fumar.
En vez de asignar fumadores a un grupo de intervención u otro, Thompson y sus colegas aplicaron una estrategia multidisciplinaria, trabajando con escuelas, estudiantes, médicos, empresas y organizaciones religiosas para ayudar a la gente a dejar de fumar.
“Incluso fuimos a cantinas y bares porque allí es donde están los fumadores,” comentó. “Intentamos cambiar las normas para que no fuera normal fumar en la comunidad.”
El éxito del estudio COMMIT “creó mi reputación,” dijo Thompson. También consolidó su creencia en la investigación participativa basada en la comunidad (community-based participatory research, o CBPR por sus siglas en inglés), una metodología que fomenta a los científicos a tratar a los miembros de la comunidad como socios iguales en la investigación.
Bridgette Hempstead, una colaboradora de investigación de muchos años (que no es científica), y fundadora del grupo de apoyo afroamericano para el cáncer llamado Cierra Sisters (Hermanas Cierra), dijo que el corazón de Thompson siempre fue “para la comunidad.”
“Beti lo entiende,” dijo. “Su trabajo cambia vidas. Y ella tiene una increíble cantidad de integridad. En el artículo que escribimos sobre nuestro programa de Colaboradores para el Empoderamiento de la Comunidad, yo soy la autora principal y ella es coautora. Esto es algo sumamente importante. Es un honor. Y es un legado que me regaló.”